Fruto de años de experiencia y de un firme deseo de perfeccionamiento que nos mueve al cambio, a la innovación, a la evolución, el equipo de Via Conexa ha llegado a una manera de hacer las cosas propia, un estilo definido. Te presentamos, clasificados en cuatro ámbitos, algunos detalles de una metodología que forma parte de nuestra identidad como escuela.
Profesionales expertos guiarán tu aprendizaje para que no sólo cumplas tus metas sino que, además, lo hagas de la forma más amena y fluida posible.
Tenemos claros nuestros horizontes. Nos esforzamos para que tu estancia en la escuela sea completamente satisfactoria para ti.
Partimos de un enfoque humanista o alternativo. Esto significa que otorgamos importancia al aspecto comunicativo pero también a los aspectos emotivos y psicológicos de los estudiantes.
El profesor tiene un papel de facilitador. Es un experto conocedor de la didáctica de la lengua y utilizará las estrategias más adecuadas para ayudarte en tu aprendizaje de manera fluida y natural, siempre buscando potenciar tu capacidad de comunicarte.
Nuestro equipo intenta adaptarse a la persona, personalizar la práctica docente.
Cada persona es diferente y cada día es diferente. Ya lo sabemos, no siempre tenemos la misma frescura, la misma energía, el mismo humor. En coordinación con el aprendiente, abordaremos cualquier dificultad que se presente.
Además, para optimizar los resultados, dispondrás de un asesoramiento didáctico ‒a título gratuito‒, así como de tutorías personalizadas. Asimismo, diseñaremos tareas suplementarias de ampliación o de refuerzo adaptadas individualmente.
En su sentido de que hacer las cosas más despacio suele significar hacerlas mejor. Lento es sereno, cuidadoso, receptivo, intuitivo, pausado, paciente, reflexivo. La calidad prima sobre la cantidad. No significa ser lento, sino tener una actitud «lenta»: capacidad de escucha, adaptación a los demás, equilibrio.
Organizamos periódicamente sesiones pedagógicas para la creación de recursos, actividades y técnicas didácticas, y para la reflexión, la autocrítica y la revisión de nuestra praxis docente. Nos tomamos nuestro trabajo en serio y con ilusión.
Nuestro horizonte es proponer clases dinámicas, activas, adaptadas a cada estudiante, en un ambiente cercano, motivante y agradable.
La clase es el marco donde vas a aprender; debe estar perfectamente diseñada y encuadrarse en una programación donde estén contenidos todos los aspectos lingüísticos que debes dominar.
Tu profesor o profesora te aportará en cada momento las herramientas necesarias para ampliar tu bagaje y para que te sea cada vez más fácil comprender el idioma que estudias y puedas expresarte con fluidez.
El apoyo visual ‒imágenes, palabras clave, vocabulario o estructuras importantes que adquirir‒ durante la expresión oral es muy importante, por ejemplo, para favorecer la fluidez, sobre todo en los niveles iniciales y especialmente a medida que el estudiante necesita determinada palabra o expresión y no la encuentra.
Para fijar conocimientos, es necesario entrar un mínimo número de veces en contacto con una palabra o una estructura. Cuidamos de que eso sea así.
Hay que repetir, hay que utilizar esas estructuras aprendidas, pero no necesariamente de la misma manera. Nuestras programaciones incluyen actividades de refuerzo, actividades de ampliación, actividades de revisión y actividades «escoba», variando éstas para que la «repetición» sea agradable y amena.
Buscamos proponer actividades dinámicas en sí mismas, que te obliguen a movilizar tus conocimientos, que generen un «problema» que tú deberás resolver (búsqueda de información, resolución de problemas ficticios…).
Realizamos un trabajo equilibrado para que progreses en todas las competencias (Comprensión Escrita, Comprensión Oral, Producción Escrita y Producción Oral), pero siempre según tus necesidades.
Damos importancia a los materiales didácticos que empleamos: seleccionamos los mejores y creamos los nuestros propios.
Otorgamos especial importancia al aprendizaje del vocabulario, un aspecto a menudo olvidado. Un buen manejo del vocabulario permite un alto nivel de comunicación.
Velamos por que haya un clima propicio para hacer preguntas, para progresar, para sentir curiosidad, para querer ir más allá. Consideramos que la clase es un espacio vivo.
No vale con «ver» una serie de contenidos. Se trata de practicar, de fijar los aprendizajes, de que los hagas tuyos, de que los utilices. Nuestro trabajo es insistir, aplicar las estrategias necesarias hasta que adquieras las competencias deseadas.
Queremos que puedas mantener verdaderas conversaciones con nativos. Que los temas te interesen y que sean útiles para ti. Que hables el idioma y que aprendas, además, una nueva cultura y cosas nuevas. Que te comuniques mejor.
El profesorado se identifica con el estilo del centro y se adhiere a nuestro «decálogo de praxis docente».
Identificados y comprometidos con el estilo de enseñanza del centro.
Amantes de las relaciones humanas, a los que les gusta su trabajo y que se preocupan de hacerlo bien.
Con un espíritu positivo. Sus expectativas son siempre las mejores y saben sacar lo mejor de ti.
Utilizan sólo la lengua que estás aprendiendo (en cursos en inmersión) o la alternan -si es necesario- con tu lengua materna (niveles de iniciación, generalmente), según el tipo de curso y tus necesidades.
Creativos, capaces de inventar.
Conscientes de la importancia de su modelaje lingüístico: nativos generalmente, nuestro profesorado intenta proporcionarte modelos lingüísticos apropiados a tu nivel y a tu estilo, y que te ayuden a adquirir nuevas estructuras y a progresar más fácilmente.
Buscamos el valor pedagógico del error. El error no es un problema si el mensaje se puede comprender; forma parte del proceso de aprendizaje y es el reflejo de los esfuerzos del aprendiente por acercarse al modelo de lengua nativa con la que entra en contacto.
Es tan inevitable como necesario cometer ciertos errores durante este proceso, los cuales permiten al aprendiente realizar hipótesis lingüísticas cada vez más perfectas. Nadie aprende sin «meter la pata».
Además, proporciona información muy valiosa tanto al aprendiente como al docente.
Esta naturalización del error se traslada al ambiente: distendido, sin críticas, sin miedos. No hay por qué estresarse: nunca dejamos de cometer errores, incluso en nuestra lengua materna; siempre estamos en continuo perfeccionamiento.
Para quienes aprenden un idioma, ese estadio en que su producción se aproxima al modelo considerado «perfecto», recibe un nombre, la interlengua. Más lejos o más cerca del modelo, siempre estamos en esa interlengua.
Sin embargo, no todos los errores son iguales. Los distintos tipos de errores requieren actuaciones diferentes.
Nuestros profesores saben cuáles son resistentes, cuáles fosilizables y cuáles forman parte de un momento concreto del proceso de aprendizaje. Tratan cada uno de la manera menos invasiva posible.
Nuestra intención es no estigmatizar al aprendiente, no dañar la autoestima. Una corrección brusca o correcciones repetitivas cortan la espontaneidad y el deseo de expresión.
Incluso el silencio, la reflexión merecen respeto y son buen momento para animar al alumno a elegir entre las varias posibilidades lingüísticas de que dispone para transmitir un mensaje.
Pretendemos que las correcciones sean claras, respetuosas, adecuadas y orientadas a ser útiles para aprender. Correcciones fluidas y naturales; por ejemplo, aportando las formas correctas por medio de preguntas o a través de reformulaciones.
Estimulamos la detección de errores y la autocorrección.
Fomentamos, en definitiva, una actitud positiva ante el error.
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